La nota de Itamar Eichner, su especialista en asuntos de la Diáspora judía, titulada «Dramática exigencia en la Argentina: orden de arresto contra Jamenei por el atentado de 1994» e ilustrada con esta imagen del ataque terrorista y otra del líder supremo iraní, se reproduce a continuación.

Un dramático avance en la investigación de uno de los atentados más mortíferos en la Argentina: Sebastián Basso, el fiscal principal del caso del atentado al edificio de la comunidad judía en la Argentina de 1994, presentó una exigencia al juzgado federal del país de emitir una orden de arresto nacional e internacional contra el líder supremo de Irán, Ali Khamenei. Basso, sucesor de Alberto Nisman, asesinado en 2015, cree que Jamenei estuvo directamente involucrado en la planificación del atentado en el que fueron asesinadas 85 personas, y el líder supremo está ahora en el centro de la exigencia de adjudicarle la responsabilidad directa y solicitar su arresto inmediato si llegase a territorio argentino.

El atentado, llevado a cabo por la organización (terrorista libanesa) Hezbollah con el apoyo de operativos iraníes, llevó al asesinato de 85 personas y heridas a cientos más, y sigue siendo hasta el día de hoy uno de los peores atentados de la historia de la Argentina. En su opinión ante el juzgado, Basso afirmó que Jamenei estuvo involucrado en la planificación del atentado y fue responsable de emitir la sentencia religiosa (fatwa) que ordenó su ejecución.

Basso agregó que Jamenei no solo es una figura política central en Irán, sino también el responsable de la supervisión directa de la política exterior y el poder militar del país. Destacó que Jamenei «designó al secretario general de Hezbollah, Hassan Nasrallah, como su representante en el Líbano» y que «toda la política militar y exterior de Irán se encuentra bajo su supervisión directa».

El fiscal le pidió al juez Daniel Rafecas que ordene la citación de Jamenei para indagarlo y que dicte una orden de arresto internacional a través de Interpol. También exigió que las fuerzas federales locales se preparen para la detención del líder de Irán en la medida que aparezca en territorio argentino y para llevarlo inmediatamente ante la Justicia.

Esta exigencia representa un cambio significativo respecto de las posiciones anteriores de los fiscales del país, que anteriormente trataban a Jamenei como alguien que goza de inmunidad diplomática debido a su condición de gobernante supremo. Basso, quien representa a la Fiscalía en el caso del atentado desde el asesinato de Nisman (sic), afirma que «ese enfoque no cumple con el derecho internacional», especialmente cuando se trata de crímenes contra la humanidad y actos terroristas.

La importancia de la solicitud no es solo a nivel jurídico, sino también a nivel diplomático. Si efectivamente se concede la orden de arresto, es posible que esa medida profundice la tensión entre la Argentina e Irán, que desde 1994 son solo relaciones diplomáticas mínimas.

El año pasado, la Argentina instó a Interpol a arrestar a cuatro ciudadanos libaneses en el marco de la investigación del atentado al edificio de la comunidad judía. En su petición a la organización policial internacional, el juez federal Daniel Rafecas señaló que «hay sospechas fundadas de que los cuatro colaboraron con el brazo militar de Hezbollah o fueron sus agentes operativos».