Un tercio de la fuerza laboral (formal e informal) de la Argentina, reside en hogares pobres. El empleo ya no es un escudo contra la pobreza en parte por la disminución del salario real de los últimos 10 años y la ineficacia de las políticas gubernamentales. Entre los 20 millones de personas empleadas, se estima que 6,5 millones están viviendo en condiciones de pobreza.
El informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) revela una tendencia alarmante, con el porcentaje de trabajadores ocupados en situación de pobreza disparándose del 11.5% en 2012 a un impactante 32.5% en 2023. Este aumento desmedido se ha exacerbado aún más en el primer trimestre de 2024, en medio de una economía volátil y precios de bienes básicos disparados.
Lo más preocupante es que esta problemática no discrimina entre trabajadores formales e informales. La brecha se extiende a través de géneros y edades, con mujeres y hombres ocupados afectados por igual, y la pobreza golpeando a jóvenes, adultos y adultos mayores por igual.