A pesar de la alarma, los pingüinos, aparentemente, son más resistentes de lo que se esperaba, aunque otras especies, como las focas cangrejeras, están siendo especialmente afectadas.
En un informe enviado al Comité Polar Español y a las autoridades internacionales, Alcamí detalla que el virus ha sido hallado en cadáveres de varias especies, incluidas palomas antárticas, gaviotas cocineras y pingüinos de Adelia. Lo más preocupante es la alta carga viral en estos animales muertos, lo que implica un riesgo significativo de exposición para otros seres vivos en la cercanía.
La expedición de Alcamí comenzó hace un mes, cuando el equipo viajó en el velero australiano Australis con un laboratorio móvil a bordo para realizar un análisis exhaustivo de la situación. En las islas Joinville y otras cercanas, se han registrado muertes de animales por el virus, y se ha encontrado el patógeno en ejemplares vivos. Aunque no se observan síntomas graves en las colonias de pingüinos, el virus está circulando, y los investigadores han detectado el patógeno incluso en muestras de aire tomadas en las pingüineras.
La situación es preocupante, ya que las colonias de pingüinos suelen recibir visitas tanto de turistas como de científicos, lo que podría representar un riesgo de transmisión del virus a los humanos. Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reportado un número reducido de casos humanos desde el inicio de la pandemia aviar, los expertos alertan sobre la posibilidad de que el virus evolucione y se haga más transmisible entre humanos.
Uno de los hallazgos más importantes de la expedición es el uso de un innovador sistema para capturar partículas virales en el aire, desarrollado por el CSIC. Esta metodología permitirá detectar el virus sin la necesidad de manipular los animales, lo que facilita el monitoreo y la prevención de su propagación en áreas difíciles de acceder.
Además de su presencia en aves, el virus ha saltado a mamíferos, causando infecciones en focas, leones marinos y hasta vacas, lo que preocupa a los expertos debido a la posibilidad de que el patógeno se adapte a nuevos huéspedes. Recientemente, se descubrió que el virus H5N1, que se propagaba principalmente entre aves, ahora está afectando a especies como el ganado vacuno en Estados Unidos, lo que podría tener consecuencias aún más graves si se propaga a otras especies.
El equipo de Alcamí continúa su investigación, financiada gracias a una donación de la Unión Española de Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa), con el objetivo de mapear la dispersión del virus y evaluar su impacto en la fauna local. Las próximas semanas serán cruciales para determinar cómo se propagará el virus y qué medidas de protección deben implementarse tanto para los animales como para los seres humanos.