A fines de junio, un grupo de astrónomos en Hawaii detectó el cuerpo rocoso 2019 M0, que tenía un diámetro de casi cuatro metros. Tras entrar en la atmósfera terrestre se desintegró a unos 38 kilómetros al sur de San Juan, Puerto Rico.
La semana pasada, la Agencia Espacial Europea (ESA) y el Observatorio Europeo Austral (ESO) desestimó que el asteroide 26 QV89 impactara en la Tierra el próximo 9 de septiembre.
En febrero de este año, durante la Conferencia de Detección de Asteroides y Basura Especial celebrado en Alemania, los expertos llegaron a la conclusión de que existía una chance en 11.428 de que esto sucediera. Pero esta versión se revisó y fue descartada. En el nuevo estudio, los científicos explicaron que utilizaron un método de "no detección" para confirmar que este escenario no era viable. Aunque no conocen exactamente su trayectoria, sí saben dónde aparecería en el cielo si estuviera por estrellarse contra nuestro planeta. "Por lo tanto, podemos simplemente observar esta pequeña área del cielo para comprobarlo", indicaron en un comunicado.