En una declaración oficial del 21 de febrero del 2025, el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, Daniel Hagari, dijo: “Ariel y Kfir Bibas fueron asesinados a sangre fría por los terroristas. Los terroristas no dispararon a los dos niños, los mataron con sus propias manos. Luego, cometieron actos horribles para encubrir estas atrocidades”.
Si te sorprendió esta brutalidad contra niños judíos, lamento decirte que simplemente no has estado prestando atención.
No prestaste atención en el 2011, cuando Hakim Maazan Niad Awad y Amjad Mahmud Fauzi Awad miraron por la ventana de la casa de la familia Fogel en Itamar, vieron a Elad de cuatro años y Yoav de 11 dormidos en sus camas, y se colaron para asesinarlos con cuchillos. Después, entraron al dormitorio de los padres, donde apuñalaron y dispararon a Ehud y Ruth Fogel hasta matarlos. Los terroristas salieron de la casa, pero cuando escucharon los gritos de un bebé, volvieron. Encontraron en su cuna a Hadas, de tres meses. Volvieron a sacar los cuchillos y apuñalaron a la bebé hasta matarla. Casi la decapitaron.