"Se ha roto el hechizo de que en el Mercosur no negociábamos ningún gran acuerdo", ilustró Pedro Miguel da Costa e Silva, el representante brasileño, quien sostuvo que se "ha iniciado un nuevo paradigma donde queda claro para otros socios, no voy a nombrar cuales, que estamos abiertos para los negocios", ratificando el espíritu aperturista del momento.
La falta de dinámica del bloque había generado desconfianza en Bolsonaro. Tal es así que al inicio de su gestión su ministro de Economía, Paulo Guedes, afirmó que la Argentina ni el Mercosur eran una prioridad. Itamaraty, la poderosa cancillería brasileña, se ocupó luego de suavizar las declaraciones.
Los negociadores de los cuatro países no ocultaron el entusiasmo con la nueva dinámica que tomó el bloque en la primera jornada de reuniones preparatorias de la 54° Cumbre que se realiza en la ciudad de Santa Fe y que el miércoles tendrá su broche con el plenario de los mandatarios de los países integrantes -Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay- junto a los socios comerciales de Chile y Bolivia.
En la primera rueda de prensa que dieron los representantes de los países miembro, destacaron las ventajas comerciales que permitirá este acuerdo que, según sostuvo Horacio Reyser, el negociador argentino con Europa, que "en dos años, entre el trabajo legal más aprobaciones parlamentarias, puede entrar en vigor los primeros intercambios".
Es que el acuerdo es gradual y se tuvieron que negociar diferentes plazos de acuerdo a las canastas de desgravaciones donde cada producto tiene sus tiempos para disminuir los aranceles e impuestos donde además, "los plazos que se acordaron para la desgravación de los productos que el Mercosur va a importar son más largos", explicó Reyser. Además, la novedad del acuerdo con la Unión Europea es que hubo una flexibilización de los mecanismos habilitando las vigencias bilaterales, país por país, lo cual permite que cualquiera de los integrantes pueda concretar negocios con las condiciones del acuerdo sin la necesidad de operar en bloque. De esta manera se eluden escollos legales que impone el mismo bloque.
"Es una clara demostración de que en el Mercosur han cambiado los tiempos", sorprendió la negociadora de Uruguay, Valeria Csukasi quien reconoció que "hoy necesitamos instrumentos efectivos que den una rápida respuesta a lo que están pidiendo nuestros sectores exportadores y productivo de nuestros países".
Para ello, el acuerdo empezará a entrar en vigor provisionalmente con la simple aprobación del Parlamento Europeo mientras que la funcionaria oriental aventuró que "nuestros parlamentos van a estar convencidos de la ratificación rápida del acuerdo por lo tanto queremos que empiecen a verse los resultados lo más rápido posible" algo que Reyser no hubiese podido afirmar tan fácilmente.
Por su parte, el negociador de Brasil destacó "la importancia de que este acuerdo nos coloca en condiciones de igualdad con otros países que exportan a la Unión Europea con quienes podemos competir y que por ahora nosotros no conseguimos vender productos con la misma situación de competición que cuentan otros estados.
A su turno, el delegado de Paraguay, Juan Ángel Delgadillo, indicó que "la idea que tenemos es sacar el máximo provecho lo más rápidamente posible para nuestras economías" y confió en que la Unión Europea lo empiece a aplicar provisoriamente a la brevedad. E acuerdo con la Unión Europea le dio un nuevo impulso al bloque sudamericano el cual "ya despertó interés en otros socios, que miran al Mercosur de forma distinta" consideró Pedro Miguel da Costa e Silva.
De hecho, Reyser destacó que posiblemente para agosto se termine de cerrar las rondas de negociaciones con el EFTA, el bloque comercial creado por la Convención de Estocolmo que nuclea a Noruega, Islandia, Liechtenstein y Suiza.
Además, aventuró que a principios de 2020 podría culminarse otro acuerdo con Canadá con quien están bastante avanzadas las negociaciones mientras está en carpeta Corea y Singapur.
En cuanto a los temores que generan en distintos sectores productivos el avance en estos acuerdos de libre mercado, Reyser aseguró que "se benefician todos los sectores. Hay algunos más preparados como los agroindustriales que ya son muy competitivos pero hay que pensarlo largo plazo, con un horizonte para generar las reformas y adecuaciones necesarias para lograr más competitividad que es una discusión que estuvo ausente durante mucho tiempo en Argentina".
"Tenemos que reducir impuestos, reducir los costos logísticos y de infraestructura que dentro de estos 10 a 15 años podamos desarrollar todo lo necesario". Entre esas reformas se encuentra la laboral que es una de las más resistidas en el país aunque el funcionario prefirió no mencionarla.
"En los últimos 10 años se perdieron 6 mil compañías exportadoras y de 15 mil ahora quedan solo 9 mil. Con este nuevo acuerdo van a haber decenas de miles que se van a crear para exportar y esto va a ser necesario más trabajo y más empleo porque pasamos de un mercado de 260 millones a 800 millones de habitantes.