"Voy a dejar a las provincias sin un peso. Los voy a fundir". Esas amenazas del presidente de Argentina, Javier Milei, a los gobernadores provinciales, han desatado la primera crisis de Gobierno. En plenas negociaciones para aprobar el decretazo y la 'Ley Óminibus' con centenares de reformas económicas, legales y políticas, Milei amenazó a las provincias con eliminar las transferencias del Gobierno central a los presupuestos regionales si no presionaban a sus diputados para votar a favor de las dos macroleyes. El ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, filtró esas palabras a la prensa, y Milei no las desmintió, sino que optó por cesar a Ferraro y eliminar el ministerio tras apenas 90 días de su toma de posesión.
Esta sacudida política deja a Luis 'Toto' Caputo, el actual ministro de Economía y Hacienda, al frente de un hiperministerio que absorberá Infraestructuras, Transportes y Obras Públicas, la cartera que tenía hasta ahora Ferraro. Así, el que fuera ya ministro económico del expresidente Mauricio Macri se convierte en el nuevo 'presidente sin bastón', la persona con más poder en el Ejecutivo libertario de Milei.
Pero la filtración que ha desatado el terremoto político revela también la precaria situación del presidente, que quiere construir un Gobierno fuerte y que arrase con décadas de inercia política sobre la base de una minoría parlamentaria con miles de piezas que juntar para aprobar cualquier cosa. Aquí, los Gobiernos provinciales tienen una larga experiencia de negociar el apoyo de sus diputados a cambio de mejoras de financiación o concesiones legales. Pero Milei ha optado por la opción inversa: en vez de ofrecerles más dinero si ceden, prefiere amenazarles con dejarles "sin un peso" si no obedecen.
La respuesta no se ha hecho esperar. El vicegobernador de Río Negro, Pedro Pesatti, ha recordado que su provincia "produce el 90% de la energía que Argentina necesita", y amenaza con "dejar sin energía al Gobierno central", cortando las transferencias de electricidad a Buenos Aires. "No se puede, me parece a mí, utilizar la amenaza como metodología para gobernar. 'Los voy a fundir a todos', ¿quién se cree que es quien hoy está ocupando la presidencia? En ese juego de amenazas uno responde como puede", advirtió.
Mientras, el alcalde de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, primo del expresidente, ha optado por arrinconar a los libertarios y firmar acuerdos de gobernabilidad con la UCR (centro-izquierda) y hasta el peronismo, una advertencia de uno de los gobernadores más poderosos y que, en principio, debería ser fácil de atraer, dado el apoyo del partido de Mauricio Macri a Milei.
Y en el Congreso, los diputados que negocian con el Gobierno la aprobación de la 'ley Ómnibus' han criticado el "caos" con el que se están produciendo. Oscar Agost Carreño, diputado de Hacemos Coalición Federal (HCF), el bloque clave para sumar la mayoría absoluta en cualquiera de los dos sentidos, denunció que le ofrecieron negociar no en el Congreso, sino en un apartamento del barrio acomodado porteño de Recoleta. Y allí no se encontró con nadie del Gobierno ni del grupo parlamentario de Milei, sino con Federico Sturzenegger, economista y autor intelectual de las reformas de Milei, pero que no ostenta ningún cargo. "Nosotros no vamos a ir a ningún tipo de reunión que no sea con las autoridades de la Cámara", advirtió.
A eso se suma que varios diputados que firmaron a favor de tramitar el proyecto aseguraron que el texto de la ley se cambió después de recoger sus firmas, sin haberles advertido previamente. El diputado Carlos Gutiérrez (también de HCF) se quejó de que "nos encontramos con que se realizaron modificaciones que nadie sabe ni quién ni cómo se hicieron, después de un dictamen firmado". Una abogada, Valeria Carreras, denunció esta irregularidad ante los tribunales. "Ninguno de los 55 diputados que firmaron el dictamen del oficialismo conocía lo que estaba firmando. Es un tema grave institucional y políticamente", alegó.
El líder de HCF, Migel Ángel Pichetto, advirtió a Milei de que este camino no lleva a ninguna parte. "Si el Gobierno en el corto plazo no va hacia un camino de coalición, tiene dificultades. Así no se puede funcionar los cuatro años", señaló. En su opinión, debería retirar de la Ley Óminibus las reformas judiciales o al sistema electoral y presentar solo un proyecto económico. Y dejó claro que amenazar a las provincias y a la oposición no es lo que votó la gente: "Se votó por más diálogo, salir de la confrontación. Eso también fue votado, no votamos un modelo autoritario". Y atacó directamente a Sturzenegger, 'eminencia gris' de Milei: "Cree que puede venir cada cuatro años con soluciones mágicas. Tiene un profundo desprecio por la política, por el parlamento y por los abogados, no sabe nada de derechos, se puso a hacer correcciones de 300 leyes, una locura", resaltó.
Mientras tanto, los Tribunales han bloqueado partes de la reforma laboral que incluía el 'decretazo' y tienen pendientes más recursos de la oposición. Un caos legislativo que se veía venir ante la minoría parlamentaria del Gobierno. Lo extraordinario es que el caos esté creciendo a tal ritmo en menos de dos meses en el poder.