Según un comunicado del Ministerio de Exteriores, dos vehículos no tripulados se acercaron a las inmediaciones del Gobierno y fueron neutralizados por los servicios especiales.
"Como consecuencia de su caída y la dispersión de fragmentos en el territorio del Kremlin, no hubo víctimas ni daños materiales", señalan en ese comunicado. De acuerdo con el portavoz del Kremlin, la vida del presidente ruso no se ha visto arriesgada, porque estaba trabajando fuera de la capital.
Para Moscú, estas acciones son "un acto terrorista planificado" y un "atentado contra el Presidente", que ha tenido lugar en vísperas del Día de la Victoria, el Desfile del 9 de mayo. El incidente no va a provocar cambios en la forma de trabajar de Putin, que seguirá yendo a su oficina diariamente. Además, aseguran que se reservan el derecho a tomar medidas "donde y cuando sea necesario".
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha negado este miércoles que sus fuerzas de seguridad intentaran asesinar al presidente ruso, Vladímir Putin: "Nosotros no atacamos a Putin ni a Moscú, solo luchamos en nuestro territorio, defendemos nuestros pueblos y ciudades", ha indicado Zelenski en Helsinki en una rueda de prensa conjunta con los líderes de Finlandia, Dinamarca, Suecia, Noruega e Islandia.
"No hemos atacado a Putin, lo dejamos para un tribunal", dijo el jefe del Estado ucraniano en referencia a los esfuerzos ucranianos para que la comunidad internacional encuentre mecanismos para enjuiciar a Putin por la agresión militar contra Ucrania.
Por su parte, uno de los principales asesores de Zelenski, Mihalio Podoliak, ha asegurado que "no tienen nada que ver" con ese ataque, que aportaría poco o nada al desarrollo de la defensa de su país, más allá de provocar una respuesta radical por parte de Rusia.
Ucrania señala que está centrada en defender su territorio y que no buscan atacar a Rusia, más allá de ataques concretos contra infraestructura militar, como los de este sábado contra un depósito de combustible en Sevastopol, en la Crimea ocupada, u otros similares sobre todo en la región rusa de Belgorod.
En un comunicado, Podoliak señala que lo más probable es que Moscú vaya a utilizar este incidente para justificar "un ataque a gran escala" contra civiles en Ucrania. De hecho, a primera hora de la tarde, las sirenas antiaéreas han vuelto a sonar en muchas provincias y ciudades, entre ellas la capital, Kiev. Sobre quién está detrás.
Ucrania no se suma a la teoría de un ataque de falsa bandera, sino que apunta a partisanos, actividades de guerrilla o fuerzas de resistencias locales que quieren contra el régimen, lo que de muestra, que Putin está perdiendo el control interno. Las consecuencias políticas o militares detrás son imprevisibles. El presidente del parlamento ruso acaba de exigir al Gobierno el uso de armas "capaces de detener y destruir el régimen terrorista de Kiev".